LEYENDAS DE UNA OFICINA
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LEYENDAS DE UNA OFICINA
Detesto los jueves
Sí, no sé de qué se queja la gente de los lunes. Los lunes son buenos días. Vienes de descansar el fin desemana y estás fresquita para aguantar todo lo que te echen. Los martes ya vuelves a la realidad y se te hace el día interminable. ¡¡Dios mío!! 10h aquí metida. Los miércoles son días tontos, que no sabes si es martes o jueves, pero estás segura de que miércoles no.
Pero los jueves... ¡¡Ay los jueves!! Con todas las horas de trabajo acumuladas, el sueño que vas perdiendo cada día de la semana viendo series que terminan a horas indecentes, el trabajo que tienes que terminar para no pegar ni chapa el viernes... y encima ¡¡al día siguiente entras una hora antes!! Así que los jueves se pierde una hora de sueño, porque claro, no vas a acabar con la rutina acostándote una hora antes. Encima los jueves toca comer la comida que te ha ido sobrando a lo largo de la semana, hoy no vale pedir chino, no, porque claro, siempre sobra y mañana viernes no toca comer aquí. Toma, los espaguetis que te sobraron ayer.
Los viernes ya son un día a parte. Ya puedes estar molida, hecha polvo y grogui, que si tienes que irte del trabajo directamente con las amigas te vas, sin cambiarte de ropa, que para algo es el día de los vaqueros, ni echarte la siesta, que para algo nos queremos europeizar.
Definitivamente, si tuviera que eliminar un día del calendario, sería el jueves.
Sí, no sé de qué se queja la gente de los lunes. Los lunes son buenos días. Vienes de descansar el fin desemana y estás fresquita para aguantar todo lo que te echen. Los martes ya vuelves a la realidad y se te hace el día interminable. ¡¡Dios mío!! 10h aquí metida. Los miércoles son días tontos, que no sabes si es martes o jueves, pero estás segura de que miércoles no.
Pero los jueves... ¡¡Ay los jueves!! Con todas las horas de trabajo acumuladas, el sueño que vas perdiendo cada día de la semana viendo series que terminan a horas indecentes, el trabajo que tienes que terminar para no pegar ni chapa el viernes... y encima ¡¡al día siguiente entras una hora antes!! Así que los jueves se pierde una hora de sueño, porque claro, no vas a acabar con la rutina acostándote una hora antes. Encima los jueves toca comer la comida que te ha ido sobrando a lo largo de la semana, hoy no vale pedir chino, no, porque claro, siempre sobra y mañana viernes no toca comer aquí. Toma, los espaguetis que te sobraron ayer.
Los viernes ya son un día a parte. Ya puedes estar molida, hecha polvo y grogui, que si tienes que irte del trabajo directamente con las amigas te vas, sin cambiarte de ropa, que para algo es el día de los vaqueros, ni echarte la siesta, que para algo nos queremos europeizar.
Definitivamente, si tuviera que eliminar un día del calendario, sería el jueves.
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